YOGA: SIGUIENDO EL CAMINO QUE ABRIÓ KRISHNAMACHARYA
śrutaṁ me gopāya IIQue la enseñanza que he recibido sea protegida - Taittirīya Upaniṣat
El Yoga es una enseñanza muy antigua. Para encontrar su origen es necesario conocer los Veda-s, los textos donde se recoge la sabiduría de los Maestros de India.
Aquellos sabios comprendieron una cosa que después han recogido tradiciones posteriores como el Budismo y el Cristianismo. Lo que entendieron los sabios es que la vida humana tiene una aspiración profunda: la liberación del sufrimiento, y que hay una manera de conseguir esta transformación.
El Yoga clásico, tal como se entendía en la antigüedad, tenía como objetivo conseguir esta liberación. Los antiguos yoguis se entregaban a su práctica con una fe y una dedicación totales.
Hay un dicho que expresa cómo era la mentalidad de estos yoguis del pasado:
“Para saltar el pozo el 99% es insuficiente. Es necesario el 100%”
Esta comprensión de que sólo el 100% es suficiente para conseguir el objetivo es la base sobre la que se desarrollaron las diferentes técnicas que constituyen la práctica del Yoga.
Es decir, en los tiempos clásicos, āsana, prāṇāyāma y dhāraṇā eran el soporte para una acción motivada por la búsqueda de este 100% y que se desarrollaba a través de una entrega total.
Al entregar totalmente el cuerpo, la respiración y la mente, el yogui en cierta manera moría a todo lo que fuera cotidiano y entraba en un nivel diferente de realidad. La persona que emprendía el camino de la práctica de Yoga no hacía ni deseaba nada más que conseguir saltar al otro lado del pozo y conseguir así el estado de Yoga, o el estado de Unión.
A pesar de que su objetivo fuera deseable para todos, el Yoga era sólo posible para unos pocos.
Esta es, a grandes rasgos, la mentalidad clásica que sustenta la disciplina del Yoga y que se origina en los Veda-s.
La grandeza de Krishnamacharya se entiende sólo si conocemos este mundo clásico y sus aspiraciones.
Krishnamacharya conoció 3 mundos: el mundo tradicional de los Brahmanes ortodoxos, el mundo moderno occidental y un tercer mundo, el de los maestros de los Himalayas.
La conclusión que sacó es que los beneficios del Yoga tenían que estar al servicio de la humanidad, no solamente al servicio de los pocos capaces de conseguir el ideal del 100%.
Krishnamacharya entendió que las técnicas del Yoga tienen la capacidad de ayudar a todo el mundo.
Es por esta razón, porqué su Yoga busca beneficiar a la persona de manera inmediata, que su enseñanza se caracteriza por:
No dar importancia a la forma de las posturas sino a su función. No se pretende nunca hacer una postura perfecta.
La atención constante a la respiración que siempre tiene que ser amplia, fluida y cómoda.
La coordinación entre el movimiento y la respiración.
La progresión gradual e inteligente. Desde el punto de partida del alumno hacia el paso siguiente.
La relación maestro/alumno, basada en el respeto y la confianza.
Aplicado de esta manera, el Yoga es un camino de autoconocimiento que consigue transformar a la persona y conducirla hacia lo mejor de sí misma.
Śraddhā Sūktam es un canto de alabanza a Śraddhā, la fe. Se considera esta confianza profunda como la base indispensable en el camino del Yoga. Si deseas escucharlo clica aquí.